jueves, 17 de septiembre de 2009

LUNA, SU FIEL PERRITA


Sentada, como todas las mañanas mientras desayunaba, miraba el mar, como le gustaba mirarlo, siempre la había relajado, de refilón miro a su fiel amiga, su perrita Luna.
Marta, recordaba el día que sus hijos la habían traído a casa, al principio refunfuño, pues sabía de antemano que la que se iba a ocupar de la perrita era ella, ya tenía bastante faena, la casa, su marido y los niños, miro a la perrita y esta también a ella... movía la colita de ilusión…Y la miro con unos ojitos que la cautivaron... pero se hizo la dura, ella no había decidido tener perrito, así que serian sus hijos, los q se encargarían de ella, los primeros días, la novedad...los dos quería bajarla, pero pronto empezó a cansarles esta nueva obligación, así que ella empezó a hacerse cargo, de Luna, era una yorkshire de las pequeñitas, le había empezado a coger cariño, siempre estaba detrás de ella, moviendo su colita, no tenia mas remedio q decirle alguna cosita, la miraba con esos ojitos tan brillantes y chispeantes, poco a poco Luna fue ocupando un lugar muy importante en su corazón, hizo amistades nuevas, se dio cuenta de la nobleza de su perrita, sabía perfectamente su estado de ánimo, si la veía triste por algún problema..Ella siempre atenta...se arrimaba a ella y con besitos y saltitos la hacia sonreír, Luna paso a ser un miembro más de la familia, vio como crecían sus hijos, Marcos estudio Arquitectura, siempre se le había dado bien dibujar, encontró novia en la universidad y al tiempo se independizo, su niña Laura, también decidió estudiar, pero ella hizo Magisterio, ahora daba clases a niños adolescentes,, y siguiendo el ritmo de la vida también decidió independizarse, lo recordaba con pena, pero a la vez con alegría, sus hijos volaban solos , esa era su máxima satisfacción.
Así que se quedaron solos, Ramón, ella y su pequeña Luna, cada día que pasaba la quería mas, siempre estaba a su lado , los años fueron pasando y aunque se llevaba bien con su marido, solo quedaba un cariño y un respeto, cuando Ramón venia, la saludaba con un besito cariñoso, pero él se ponía a leer la prensa ,veía un poco la tele y a dormir, ella se quedaba sentada en su sofá, teniendo en bracitos a Luna…que se dejaba querer y en ella depositaba todo el cariño que tenia pero que por circunstancias, no lo podía dar a sus seres más queridos.
Sus hijos tenían su vida, estaban demasiado ocupados, venían el Domingo comían, pero enseguida se marchaban a sus obligaciones, Marta, sabia que eso tenía que ser así...pero echaba de menos esos ratos que pasaban todos en casa.
Un día, así de sopetón, Ramón la dejo, había sufrido un infarto durmiendo, Como pudo irse así? Solo tenía 50 años, por qué tan pronto? Se preguntaba muchas veces, pero la vida a veces es injusta y el destino quiso que Ramón desapareciera...Dios mío!! Que sola se sintió al principio, ya solo estaban ella y Luna...la perrita percibía su soledad y la animaba a que la bajara, daba igual la hora que fuera , ella juguetona le traía su correa , se ponía al lado de ella y moviendo el rabito juguetón...la llevaba hasta la puerta de la calle, hasta que la bajaba, ahora con el paso del tiempo , da gracias a que Luna entrara en su vida, poco a poco ...con la obligación q tenia de bajarla, hizo nuevas amistades y aunque siempre recordaría a su querido Ramón, la herida por la muerte tan repentina dejo de doler tanto, sus hijos en esos tiempos la visitaban más a menudo..Pero como la vida sigue, pronto volvieron a la rutina de los domingos...pero ella ya no se sentía sola, tenía a su fiel Luna.
Después del fallecimiento de su marido, hablo con sus hijos, llevaba un tiempo pensándolo, vendería su casa y compraría un pequeño apartamento en la playa, siempre había sido su sueño, ellos le dijeron que si, que querían ante todas las cosas que se sintiera feliz, así que allí estaba como todas las mañanas, mirando el mar mientras desayunaba y su pequeña Luna a su lado...Dios mío!! Cuantos recuerdos de ella tenía entonces 58 años, hacia 8 años se había quedado viuda de su querido amor Ramón, se habían conocido cuando tenían ella 15 y el 17, ambos vivían en el mismo barrio y se conocían de vista… Ella siempre que pasaba el, lo miraba de reojo, nunca se atrevió a decirle ni tan si quiera buenos días, hasta que un día Ramón la saludo, cuando estaban los dos en el supermercado, ese día le dijo lo muy bonita que estaba , que recuerdos…se puso roja como la grana y con un susurro de voz, le dijo gracias y le sonrío, después ya se saludaban , el siempre le guiñaba un ojo y le sonreía, poco a poco.
Cuanto tiempo había pasado, uno no se da cuenta que la vida pasa muy deprisa, hasta el pasar de los años y echa la vista atrás.Termino su desayuno y miro a su Luna, ya era viejecita…pero seguía siendo la perrita chispeante, que llego a su vida así…por casualidad, por deseo de sus hijos, pero que con el pasar del tiempo, se había hecho imprescindible para ella, siempre en todos sus momentos, alegres y tristes Luna se encargo de tener un papel especial para ella, la quería tanto…
Luna cuando la vio moverse, se movió con ella iba detrás de Marta mientras recogía lo del desayuno, cuanto quería a su ama…la había cuidado tanto...sabía que ahora cuando su ama terminara, le pondría la correita y bajarían las dos a dar ese paseo por la playa que a ella tanto le gustaba y a su ama también, pues la veía disfrutar de sus amigos que también llevaban perritos, con los que ella jugaba. Otros días paeaban por la orilla del mar...también era bonito, menos divertido para ella, pero sabia que su ama Marta...necesitaba de esos momentos y ella encantada le hacía compañía.
Marta... dio gracias a sus hijos el bendito día, que trajeron a Luna...nunca llego a imaginarse en ese momento lo mucho que la querría y como esos ojitos chispeantes, ese cuerpecito con ese rabito juguetón, se había colado en su corazón, para llegar a ser imprescindible en su vida.
Este pequeño relato, va dedicado, con cariño para a mi hija, Carmen, que gracias a su deseo de tener un perrito, conocimos a nuestro pequeño Tristán...que aunque travieso ya es uno más de nosotras y tanto Cristina, mi otra hija y yo…lo queremos un montón.

1 comentario:

  1. muy tierna, pero deberias haber contado mas anecdotas de la perra con su ama, que a fin de cuentas el relato va de eso, jajajaja ahora a parte de tu fan voy a ser tu critico
    saluditos

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